Anillos Historia y Significados
Anillos historia y significados – La utilización de los anillos en la vida cotidiana de las distintas poblaciones está presente desde los tiempos más antiguos: Egipcios, Incas y Romanos llevaban este tipo de ornamentación, a menudo decorado con grabados de deidad y emperadores, señalando así el poder de quienes los llevaban, solamente determinadas clases sociales, como sacerdotes y personalidades de relieve dentro de la comunidad, los únicos dignos de tal privilegio. El anillo con grabado de Dioses o imperial justificaba los actos realizados, los honores y los fastos, otorgando respeto y sentido de sumisión respecto a la persona que los llevaba. La dimensión y el tipo de grabado del anillo revelaban el estatus de los políticos romanos, mientras que otros con efigies de dioses los llevaban los faraones y los sacerdotes incas como protección y también como demostración de la capacidad por parte de quien lo llevaba de ser capaz de tutelar y guiar su propio pueblo. Fue en esta época que nació la creencia según la cual el anillo protegía los dedos y las manos, consideradas las partes más vulnerables y sensible por ser primeros instrumentos de intercambios, de contactos con otras personas y cosas.
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La tradición de los anillos con grabados se retoma en toda la cultura oriental: llevados solamente por los hombres, los anillos chinos, mongoles, afganos a menudo tienen grabados sobre piedra con significados que pueden tener distinta explicación. En algunos casos es el apodo o el nombre de la familia de origen que viene valorado, en otros se graban formulas para alejar los espíritu malignos de nosotros y de los que nos rodean. También el material se utiliza para dar más valor al significado: los grabados sobre placas de Cornalina resultan más eficaces por ser un material protector fenomenal. Todavía hoy día se llevan los “de asiento” en el dedo corazón, considerado una de las nueve puertas del cuerpo a través de las cuales pasa el soplo vital: cerrando tal “puerta” con el anillo se evita el paso de los espíritu.
La utilización del anillo como defensa de las entidades malignas está todavía en uso por las tribu berebere y tuareg, en las cuales el anillo también tiene la tarea de simbolizar el pasaje de un chico a la edad adulta, o de proteger a las mujeres en su matrimonio y durante el embarazo.
En las tribu de los nativos americanos los anillos los llevaban solamente los jefes y los chamanes como demostración de su superioridad, de sabiduría o fuerza, respecto a los demás miembros. A menudo los anillos de estos pueblos se acompañan de grabados de plumas de águila o de verdaderas uñas de lobo o de oso, animales que representan la fuerza, sabiduría y capacidad de supervivencia.
En la cultura occidental el anillo simboliza todavía una promesa de amor, si se lleva en el anular izquierdo por el cual se cree que pase directamente la linea del corazón y del amor. Los anillos tradicionales más conocidos en occidente son el Claddagh Ring y la Alianza Turca .
El Claddagh todavía se utiliza como anillo de compromiso en Irlanda: aparecen un corazón, una corona y dos manos. Se acompaña la leyenda que habla de un amor no correspondido, con el tiempo se ha convertido en símbolo de amor eterno y fiel. La alianza turca, conocida también como anillo del sultán, está compuesta por varios anillos juntos y que, si se sueltan, solamente se pueden reconstruir conociendo la secuencia de los movimientos. Según la leyenda, un sultán lo mandó crear para poner a prueba sus propios súbditos:quien fuera capaz de juntar el anillo una vez suelto sería una persona de animo bueno, incapaz de cometer delitos o robos.
En la cultura occidental católica tiene una importancia relevante el anillo del pescador, o sea el anillo utilizado por el Papa como sello para los documentos redactados por él. Se crea uno por cada Pontífice, y tiene grabado la figura de San Pedro pescando y por el borde el mismo nombre del pontífice. Con su muerte el anillo se destruye para significar que durante el periodo en el cual la sede pontificia se encuentra vacía nadie puede asumir sus prerrogativas.