Mabon el Equinoccio de Otoño
Mabon el equinoccio de otoño, el 22 de Septiembre, se celebra según el calendario de la Rueda del Año, la segunda fiesta de otoño de la cosecha: MABON, el equinoccio de otoño.
Después del de primavera de Ostara, sucede que una vez más el transcurrir del tiempo se para en equilibrio, cuando día y noche tienen la misma duración: a partir de ahora las noches se volverán cada vez más largas y los días se harán cada vez más cortos; esto es también el Sabbat de los misterios, que se asocia con el descenso a los infiernos de Perséfone y al dolor de Deméter, su madre, reflejados en los misterios Eleusinos.
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Mabon, divinidad galés hijo de Modrón se consideraba el Dios de la juventud, de la caza y de la cosecha; conectado al dios celta Maponos, antiguamente asociado con Apolo al cual los antiguos romanos de la guarnición en el Valle de Adriano alzaban rezos y ofrendas, encierra en sí el mito de Deméter y Perséfone, y el simbolismo del trigo: así como la madre se desespera en la búsqueda de su hija bajada a los infiernos, así la tierra se prepara en este periodo al largo sueño del invierno, dejando de dar más frutos pero manteniendo en sí la riqueza de sus semillas para la próxima cosecha al llegar la estación nueva. Por eso este es un momento para dar las gracias por la cosecha obtenida y por todo lo que la tierra nos ha dado, y con el deseo de compartir juntos a los demás estas riquezas y honrando a los dioses para que siempre sean benevolentes y generosos en ofrecer sus regalos; también es la celebración del final de la época más dura del año, terminado el ciclo productivo con la cosecha, ahora la naturaleza se prepara al invierno, arando los campos y tienen lugar rituales y rezos para que la próxima sea una muy buena temporada.
Esta circunstancia también es momento de reflexión y de descanso, es tiempo de equilibrio, y no solamente entre la luz y la oscuridad: es el equilibrio entre Dios y Diosa, entre materia y espíritu, entre nuestros deseos y los que hemos podido cumplir, entre los que nos han donado y los que hemos podido obtener, es tiempo de meditación para poder llegar a la protección, a la seguridad ya la confianza en nosotros mismos.
Ahora la Diosa se ha vuelto vieja, y deja que Dios, su esposo, muera para después poder renacer a una nueva vida y traiga consigo riquezas y abundancia en las próximas cosechas. Y también la naturaleza se prepara para este nuevo periodo, las hojas se ponen amarillas, los últimos frutos maduran al tenue sol otoñal: es tiempo de vendimia. La preparación del vino, preciado producto, gracias a la fermentación, lleva consigo todo un significado simbólico de la transformación espiritual, y hace que Mabon sea toda una fiesta importante de iniciación, consciente de su propia intimidad, y que nos permite poder mirar en el interior de nosotros mismos. Representación y metáfora del equinoccio es el cisne, símbolo de la inmortalidad del alma y guía para los muertos al pasar a nueva vida.
Antiguamente muchas eran las celebraciones ligadas a esta fiesta: los Druidas honraban “The Green Man”, el dios del bosque, ofreciendo sacrificios a los arboles; hoy día se homenajea paseando por lugares en estrecho contacto con la naturaleza, recogiendo bayas y plantas secas para después poder utilizarlas para hacer guirnaldas que decorarán las casas, preparando comidas con productos típicos de este periodo del año como uva, vino, cereales, frutos y verduras de esta época, legumbres, calabazas y granadas.
Desde siempre el equinoccio se celebra en distintos países, con fiestas y manifestaciones, recordamos en especial aquella que se celebrará en Thornborough, en Yorkshire del Norte . También en el ámbito musical muchos artistas han recordado y celebrado Mabon, entre ellos citaremos Omnia, Lisa Thiel, y Jemie Smith.