Equinoccio de Primavera, Ostara o Oestara
Equinoccio de primavera, Ostara o Oestara, el Sabbat Wiccan de Ostara/Oestara (también Eostre u Eostar, de los cuales el alemán “Ostern” y el ingles “Easter” para “Pascua”), o también Alban Eiler (“Luz de la Tierra”), se celebraba el 21 de Marzo, cuando día y noche duran igual, el equilibrio perfecto entre Luz y Sombra. Esta celebración, especialmente seguida en las antiguas culturas mediterráneas, celebraba la vuelta a la tierra de Pesefone desde Ade, o sea la vuelta de la Primavera, de la vida y de la fertilidad a la tierra: la vuelta de la buena estación y la renovación de la naturaleza son de hecho muy evidentes. Las poblaciones del Norte, como los Celtas (herederos de tradiciones muy ancestrales), cambiaban esta celebración a Beltane, fiesta de la reproducción del ganado (primer día de Mayo).
Equinoccios y Solsticios no son fiestas celtas, pero más típicas del Sur de Europa.
Lettura in italiano – English reading
Los Celtas reconocían los Solsticios y Equinoccios como fiestas sagradas al Sol y al Principio Cósmico masculino, mientras las otras cuatro fiestas estaban relacionadas con la Luna y el Principio Cósmico femenino (tenían por tanto fechas distintas en base a las fases lunares).
El año Celta estaba dividido en dos partes: Samhain (1 Noviembre) señalaba el inicio de la mitad oscura, Beltane (1 Mayo) el de la mitad de la luz. Entre estas dos “puertas”, se encontraba Imbolc (1 Febrero) y Lughnasadh (1 Agosto), dividendo así el año en cuatro partes. Para subrayar más aunestas particiones, estaban también los Solsticios y Equinoccios, llamados los cuatro Albans, y considerados tiempos de transición. El Equinoccio de Primavera era la cuarta fiesta de la tradición, una fiesta fija porque coincidía con la entrada del Sol en la constelación de Aries y con la Luna llena que era muy cercana. Tal Equinoccio señala justo el momento de la unión en un simbolismo cósmico, ligado al despertar dela Naturaleza; a eso se reconduce el tema de la boda entre una deidad masculina, de la esfera solar, y una femenina, ligada a la tierra o u a la luna. El Dios Sol se empareja así con la Diosa Tierra. En este día se encendían fuegos rituales en las colinas y, según la tradición, más resistía el fuego encendido, más agradecida seria la tierra y por eso se regaban los campos. Los Druidas, aprovechaban la correspondencia perfecta entre las horas de sol y las nocturnas para celebrar sus rituales.
Como por la cosecha del 21 de Septiembre, este es el Festival que celebra el equilibrio y la armonía en el Universo. Este momento de equilibrio entre luz y sombra, luna y sol, masculino y femenino señala un periodo rico en fertilidad, amor, colores, una estación de creatividad y danzas alegres.
Para toda la Naturaleza y sus criaturas el Equinoccio es el momento del encuentro entre la Diosa y el Dios Niño, de sus bailes, es el periodo en que se sale de la hibernación del largo invierno y tiene lugar el primer encuentro con el Otro, con el enamoramiento y la transformación. El termino viene del nombre de la antigua Diosa alemana de la fertilidad y de la primavera, Eostre, Oestara u Ostara, cuyo símbolos son las guaridas de las liebres, los huevos de los pájaros, mariposas y larvas y la Luna nueva.
Los colores de Oestara – Eostre van desde el rosa, el azul claro, el amarillo claro, el verde, el malva, el morado y el blanco (todos ellos colores de la naturaleza en primavera).
Las piedras de este día y de este tiempo son el ópalo, el aguamarina, el cuarzo rosa y la piedra de luna.
Los animales míticos incluyen los unicornios, los caballos, y los centauros alados.
Las plantas y las hierbas asociadas con este festival son todas las flores dela primavera: azafrán, campanilla de invierno, narciso, jazmines, musgo irlandés, jengibre.
En particular, planta sagrada para el Equinoccio de Primavera es el trébol, asociado al “Triskell”, la rueda sagrada con tres o cuatro brazos.
El Equinoccio de Primavera es el periodo en el cual los cuatro elementos- Aire, Fuego, Agua,Tierra- se encuentran en la fase de mayor luminosidad: el Aire está alegre por los vientos suaves, el Fuego de Aries empieza su obra de transformación, las lluvias de primavera quitan la sed y preparanlos campos y la Tierra está más exuberante que nunca.
Muchas son las maneras de celebrar Oestara, algunos de los cuales transmitidos todavía hoy: se abren las ventanas para dejar que el viento cruce toda la casa (también la interior), limpiando las influencias del invierno. Se decora la casa con las flores de primavera: narcisos, prímulas, forsythie; con velas coloreadas en tonos amarillo, malva, celeste y verde. Se cuidan las flores recién florecidas en los jardines y en los campos. Se preparan tartas y dulces, se decoran los huevos (durosy coloreados con colores alegres) y se esconden en los jardines, donde los niños juegan en pequeña scompeticiones para encontrarlos. Se disponen en círculos velas color pastel junto con macetas con flores primaverales.
Nos sumergimos en la naturaleza para compartir su renovada energía.